Kayla voló tan rápido como pudo hasta que después de unos momentos desapareció entre las nubes del horizonte. Los dos Anxelin ya no la podían ver.
Batsu logró salir de la parálisis ocasionada por Tensai, pero era demasiado tarde, su objetivo había escapado.
-¡No tienes idea de lo que has hecho! -reprochó Batsu- Has dejado ir a la mayor amenaza para nuestro pueblo y el mundo.
-Te equivocas... el bebé es una amenaza... solamente para aquel que te ha manipulado y te ha enviado... ahora lo he comprendido todo... mi visión es más clara que nunca... -respondió Tensai jadeando por el cansancio que le había provocado estar deteniendo al Anxelin.
Batsu se quedó en silencio, se alejó un poco de él y se preparó para luchar. Tensai hizo lo mismo, aunque estaba cansado y sabía que no aguantaría más. Los ojos de los dos brillaron intensamente y cada uno corrió hacia el otro, listos para asestar el último golpe. Sólo uno quedaría con vida.
Batsu golpeó a Tensai con toda su fuerza y tanta fue que lo mandó a volar lejos de él. Cansado y sin poder moverse el Anxelin rogaba al cielo por Kayla, su bienestar y el del bebé.
Batsu se acercó caminando lentamente, sabía que su víctima ya no escaparía. Colocó su pie sobre el pecho de Tensai y presionó con fuerza. El Anxelin soltó un grito de dolor que desapareció casi de inmediato, ni siquiera las energías le alcanzaban para eso.
-Ya no podrás hacer nada, tu mujer caerá en nuestras manos tarde o temprano -dijo Batsu victorioso.
Tensai sonrió y con mucha dificultad le contestó:
-Yo... no... lo creo...
Batsu enfadado quitó el pie y caminó de espaldas un poco, luego extendió su brazo hacia el Anxelin y añadió:
-Tendrás el privilegio de probar el castigo celestial...
Tensai cerró los ojos, apretó los dientes con fuerza y empuñó las manos. Resistiría el dolor, no le daría el lujo de escuchar sus alaridos de dolor.
Varios rayos delgados y cegadores, como los que se ven en una tormenta, salieron de la palma de Batsu y cayeron sobre Tensai. El Anxelin se retorcía de dolor sobre la nieve, pero no gritaba, no complacería a su atacante. Hilos de sangre se resbalaron desde su boca y sus oídos, pronto moriría. Sus fuerzas de a poco le abandonaron, ya casi no sentía nada, estaba listo.
Batsu intensificó el daño de los rayos, después de unos momentos se dio cuenta de que no había vida alguna en el cuerpo de Tensai. Se detuvo y se alejó para ir a ayudar a sus compañeros que habían sido heridos durante la pelea contra Kayla.
Despertó en medio de la noche, hacía mucho más frío de lo normal, sentía su cuerpo totalmente helado. Intentó levantarse, pero un fuerte dolor en el centro del pecho le hizo desistir. Se miró con cuidado, su blanca camisa había sido rasgada y tenía profundas quemaduras en casi todo su cuerpo. Tenía las fuerzas suficientes para ponerse de pie, pero el dolor no se lo permitía. Hizo varios intentos hasta que con mucha dificultad logró hacerlo. Caminó hasta el precipicio y sus alas se extendieron. Se elevó rápidamente con ayuda de la gélida brisa. Pronto aumentó su velocidad, tenía que alcanzar a Kayla. De pronto vio una luz a lo lejos, parecía una pequeña llama y un poco más cerca un bulto entre las nubes que descendía lentamente. Se apresuró y se dio cuenta de que era Kayla quien caía dormida hacia el mar. La tomó en sus brazos con firmeza, se dispuso a llevarla hasta un lugar seguro, pero ya fuerzas casi no le quedaban. En ese momento la Anxelin abrió sus ojos y lo vio, sonrió y murmuró su nombre.
Tensai se sintió extremadamente feliz, algo que inflaba su pecho y que casi no se podía contener. Le devolvió la sonrisa y puso uno de sus dedos sobre los labios de su mujer para impedir que siguiera hablando.
Ayudado por la luz de la generosa luna llegó hasta una enorme playa, descendió y dejó en la arena a la Anxelin en un lugar donde el agua no le tocara. Se sentía débil, demasiado, lo último que le quedaba de energías se había ido en el trayecto hasta la playa mientras llevaba a Kayla.
Se derrumbó sobre la arena, sólo deseaba dormir, necesitaba tanto eso que pensó en hacerlo para siempre. Pero no podía dejar a su mujer indefensa, tenía que buscar ayuda. Se adentro en el bosque que estaba justo enfrente, tal vez ahí encontraría a alguien. Caminó por algunas horas y cuando estuvo a punto de rendirse se encontró con un muchacho que acampaba. De repente el chico se volteó hacia él y lo observó por varios momentos sin decir una palabra, parecía asustado.
-No... temas... -dijo Tensai con dificultad.
En instante una fría brisa agitó las ramas de los árboles y apagó el fuego que iluminaba el campamento del extraño.
-En... la playa... hay una mujer... ella está embarazada... no dejes que nada... le suceda
Después de decir eso se desplomó entre unos arbustos. Pensó que el chico iría por él, pero no fue así se quedó ahí por varias horas debatiéndose entre la vida y la tan cercana muerte.
No supo cuantos días pasó ahí, pero en uno de esos despertó de un sobresalto. Intentó moverse pero no pudo, el dolor de las quemaduras no se lo permitía.
-Tranquilo, no te muevas -le dijo un muchacho que aparecía entre los arbustos-. Estás muy herido, no entiendo cómo has sobrevivido todo este tiempo.
Tensai sonrió con dificultad y respondió:
-Ha sido porque mi hora aun no llegaba. Pero hoy es el día y he sido afortunado de que alguien me encontrara ¿cuál es tu nombre?
-Isao... soy de la tribu Kijutsu -le dijo el chico.
-Isao de la tribu Kijutsu... quiero pedirte algo... -añadió el Anxelin.
El muchacho asintió y escuchó con atención.
-Cuidala... con tu vida... si ella muere... nuestras esperanzas... también
-¿A quién? -preguntó Isao desconcertado.
-Sé que lo harás... de alguna forma... lo sé...
Los labios del muchacho se movían, murmuraba algo que él no llegaba a escuchar, luego llegaron otras personas las que con asombro lo observaban.
-Ese es mi deseo...
Fueron las últimas palabras en salir de su boca, luego todo su cuerpo se dividió en varias esferas de blanca luz que revolotearon alrededor de los desconcertados presentes, después de eso se elevaron al cielo, como si quisieran formar parte de las incontables estrellas. Había cumplido con su misión, ahora podía descansar en paz.
Isao abrió los ojos de golpe, sus sueños nuevamente trataban sobre aquel moribundo joven que habían encontrado en el bosque varios días antes. Se levantó y miró por la ventana que daba al patio trasero. Sintió ruidos fuera de la casa, salió de la habitación y bajó las escaleras de piedra rápidamente. Abrió la puerta y vio que algunos soldados corrían con dirección a la entrada de la ciudad.
-¿Qué pasa? -le preguntó a uno que pasó cerca de él.
El agitado hombre se detuvo y le respondió:
-Un ejército enorme acampa cerca del bosque. Ahora entra a tu casa jovencito y resguarda a tu familia.
El guerrero siguió con su camino, mientras que Isao entraba conmocionado a la casa despertando a todo el mundo.
Había llegado el momento, era la hora de enfrentarse al mayor reto. Una enorme batalla se desataría poniendo en juego la vida de Kayla y su bebé, el cual estaba a punto de nacer.
sábado, 7 de julio de 2007
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1 comentario:
simplemente fantastico me encantan esas retrospectivas y los enlaces con capitulos anteriores, están muy bien enlazados esa parte BKN...
.....Pero malo muy malo mataste a tensai.. :(
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