domingo, 30 de septiembre de 2007

Capítulo 24: "Sensei Kyosho"

Se adentraron por un camino oculto, a un costado del pequeño coliseo en el que se celebraban las batallas, hasta un monte. Los cuatro guerreros más importantes de la tribu Kaji cargaban los cuerpos de Nereo y Dazke a través del sendero rodeado por árboles y arbustos. Una gran fila de guerreros Kaji y miembros de la tribu Xing les seguían de cerca, todos llevaban antorchas en sus manos, puesto que la tarde ya daba paso a la noche.

La fila de antorchas llegó hasta lo alto del monte en el que se juntaron todos alrededor de un templo blanco y circular que tenía en su interior dos altares de leños rociados con aceite. Con mucha delicadeza depositaron primero el cuerpo de Nereo en uno y luego el de Dazke en el otro.
Nerik, Kosme y June se hicieron camino entre la multitud y llegaron hasta la parte delantera donde se encontraba Sensei Garaadria sollozando. Después de unos momentos se quedaron todos en silencio. De repente un hombre, de unos setenta años, con larga barba gris y muy poco cabello en la cabeza, de mirada seria y firme, de constitución delgada, salió adelante con una antorcha, un poco más grande que la de los otros, y se colocó frente al altar de leños donde yacía Nereo.

-De entre todos los jóvenes de su edad fue propuesto por el antiguo líder de la tribu Kaji, ya fallecido, para que fuera el siguiente en ocupar el puesto. Nereo fue un muchacho bastante sabio, habilidoso en el combate y un verdadero guerrero al momento de defender a los suyos. Se le confió la seguridad de toda nuestra tribu a una edad muy temprana, guiarla por el camino de la prosperidad y la paz, cosa que logró hacer aunque muchos de nuestros miembros pensaron en determinados momentos que no era apto y terminaría arruinándolo todo. Pero a ellos les demostró que estaban muy equivocados. Nereo murió luchando, murió para que todos nosotros tuviesemos un futuro fuera de la oscuridad, la que en estos tiempos ya se cierne sobre la tierra. Jamás deben olvidar lo que hizo por nosotros, menos los jóvenes, pues es un ejemplo para ellos. Siempre será recordado como uno de los mejores líderes que haya tenido esta tribu y su vida sera un ejemplo para generaciones futuras, pues su historia se seguirá contando aun cuando pasen quinientos y mil años. Todos nosotros nos encargaremos de ello.

El viejo le dio la espalda a la multitud e hizo una reverencia al cuerpo sin vida de Nereo; todos le imitaron. Después colocó el fuego antorcha sobre los leños bañados en aceite y el altar comenzó a arder. El hombre se acercó al cuerpo de Dazke.

-Un muchacho bastante tímido algunas veces, habilidoso en el control del fuego, pero demasiado inseguro al usarlo en batalla. Dazke Futoi era un buen amigo para quienes lo consideraron como tal. Uno de los tantos muchachos que lucharon en la batalla contra el enemigo de nuestra y todas las tribus. Pero no era su deber, como domador de fuego, estar ahí, ya que no tenía el título, sino que algo mucho más fuerte que eso le movió, la amistad, sí, la amistad. Acudió a la batalla cuando sus amigos necesitaron de él. Lamentablemente, su fuerza no era suficiente, el enemigo le superaba en creces. Dazke murió por sus amigos, su vida fue tomada en lugar de otra; él lo escongió de esa forma. Valiente muchacho que nos hará recordar el valor de la amistad, estoy seguro que nunca lo olvidaran.

June echó a llorar, apoyó su cabeza en el pecho de Kosme y curbió sus ojos. Al igual que con Nereo, el viejo acercó la antorcha al altar de leños y este comenzó de inmediato a arder junto con el cuerpo de Dazke.
Pasado un momento el fuego que envolvía a ambos se hizo más grande, llegando a tocar el techo del templo. Las llamas se movían con determinación, bailaban sin cesar sobre los cuerpos de ambos, aunque nadie las estaba manipulando, parecían tener vida propia.

Nerik apretó los puños con fuerza, bajó la cabeza un poco para ocultarla con la capucha negra que llevaba puesta y cubrió su demás cuerpo con la capa del mismo color. Tenía atada, en su brazo izquierdo, la cinta roja que antes había pertenecido a Dazke. Prometió que lo vengaría, no descansaría hasta acabar con quien le había asesinado.

El fuego deboró sus cuerpos la multitud poco a poco comenzó a marcharse y sólo quedaron Nerik, Kosme, Isei y June dentro del templo sosteniendo antorchas, iluminando las cenizas de Nereo y Dazke.

-Deberíamos irnos ya... -sugirió Kosme con tristeza.

Nerik se giró y comenzó a caminar hacia la salida, Kosme le siguió y cuando cruzaba el umbral de la puerta miró hacia atrás. Isei abrazaba a June con fuerza, de la misma forma que la noche anterior cuando estaban fuera del templo. Entonces volvió su mirada a Nerik, quien seguía caminando por el sendero que lo llevaría de vuelta al patio del templo. La indiferencia de su amigo le hizo pensar que June estaría mejor con Isei, tal vez Nerik no le merecía. Cubrió su rostro con la capucha negra y siguió a Nerik.

Cuando Kosme entró al dormitorio Nerik estaba recostado sobre su cama ocultando el rostro. Kosme no le dijo nada, guardó silencio. La muerte de Dazke le había afectado en gran manera. Kosme apagó una vela que muy poco iluminaba la habitación. Una hora después entró Isei en el cuarto, sigilosamente se acostó para no despertar a ninguno de sus compañeros. Desde el día anterior le habían permitido dormir ahí, extrañamente Nerik no había objetado.

Muy temprano por la mañana llegó Eizan a despertar a los tres. Nerik se levantó primero que sus compañeros, sin decir nada se cambió de ropa. Se colocó una sudadera y unos pantalones negros, luego tomó una capa con capucha negra y salió del dormitorio llevándola en la mano.

-Nerik parece muy afectado -comentó Kosme.

Isei se levantó y respondió:

-Demasiado, y se ha guardado toda la tristeza. Eso le causará mucho daño.

-Isei... me he fijado que estás muy cerca de June ultimamente -le dijo de repente Kosme.

Isei se sonrojó y sonrió.

-Bueno... ella y yo... bueno...

-¿Son novios?

Isei bajó la mirada un poco avergonzado y se sonrojó aun más, comenzó a mover sus dedos como si no pudiera quedarse quieto por unos momentos.

-Está bien, entiendo... -dijo Kosme mientras se acercaba a la puerta-. Pero tal vez Nerik no lo haga. Creo que el siente algo por ella en secreto.

-También lo creo, pero no es mi problema que el no se atreva a decírselo, además, el comportamiento frío que ha tenido ultimamente no ayuda nada en eso, pareciera que nadie alrededor de él existe, ha tratado a June con completa indiferencia. Ella jamás le querrá si él actua de esa manera.

-Dazke era un amigo muy querido para él, es obvio que se comporte de esa forma, pues no sabe que hacer, la tristeza le invade por completo y no desea expresarla por sentir que eso le hará débil. Los mismo sucedió cuando murió mi padre. Nerik necesita mucho de sus amigos ahora, aun cuando no lo acepte y su actuar sea indiferente a todo lo que suceda en su alrededor.

-Tal vez tengas razón... -dijo Isei pensativo.

Eizan esperaba a Nerik en la entrada del edificio. Sólo había pasado muy poco después de haberlo despertado y ya le veía venir, vestido completamente de negro, con una capa y una capucha que poco permitía ver su rostro.

-Hijo, yo lo siento mucho...

-Al grano, papá. No necesito de tu compasión.

Eizan se sorprendió y entristeció al mismo tiempo, su hijo estaba cambiando, su voz fría y sin sentimiento le golpeó con fuerza, mientras su rostro permanecía completamente inexpresivo. Entonces la mirada de Eizan se tornó seria y le dijo:

-Bien. He venido a decirte que el nuevo líder de la tribu solicita tu presencia en su despacho. Tiene algo muy importante que decirte.

De pronto Nerik levantó la cabeza y su ojo izquierdo le fue revelado a Eizan quien le observó con sorpresa. Su mirada era igual a la de un asesino, la misma mirada fría que había visto en muchos, también en la de LuxFero. Pero eso no fue lo único que le llamó la atención. Pues su ojo había cambiado de color a uno azul pálido.

-Tu ojo... ha cambiado de color -dijo Eizan mirándole fijamente.

-Lo sé y no entiendo el por qué de eso. Ahora me largo de aquí. Por cierto... ¿quién es el nuevo líder?

-Lo sabrás en cuanto llegues ahí -contestó Eizan con preocupación.

Nerik miró a su padre con enfado por unos momentos, como si deseara atacarle, luego comenzó a caminar hacia los árboles, para encontrarse con el camino que lo llevaría al templo.
Eizan se quedó pensando fuera del edificio donde dormían los jóvenes de la tribu Kaji. La mirada de Nerik le había preocupado demasiado.

Caminó por los cientos de pasillos, subió por unas cuantas escaleras iluminadas por pequeñas antorchas hasta el último piso en el templo con forma de triángulo. Sólo había una puerta ahí. Nerik golpeó dos veces y después de unos segundos una voz conocida le ordenó a pasar desde adentro.
El chico abrió la puerta y se encontró al mismo viejo que había hablado antes de cremar los cuerpos de Nereo y Dazke de espaldas, mirando por la ventana de la sala hacia el patio del templo. Había un pequeño escritorio repleto de libros y hojas sueltas y dos sillas frente a este. Los muros estaban adornados por varios cuadros de los líderes más importantes del pasado, entre ellos se encontraba el de Nereo.

-Así que usted es el nuevo lider... -dijo Nerik sonriendo.

-Sí, yo soy el nuevo líder, Nerik. Mi nombre es Kyosho -dijo el viejo sin darse la vuelta y con voz firme.

Sólo el ojo izquierdo de Nerik, de color azul pálido, era visible en su rostro, pues la protección brindada por la capucha era efectiva para el derecho.

-¿Qué es aquello tan importante que debe decirme? -preguntó Nerik acercándose a una de las sillas.

Kyosho se dio la vuelta, su firme y seria mirada intentaron derribar la valentía que Nerik tenía, pero lo único que logró fue que el muchacho arqueara una ceja.

-Veo que no eres fácil de intimidar -dijo el viejo mirándole fijamente.

-¿Por qué debería tener miedo? yo soy el Enviado -contestó Nerik.

-Ah, el Enviado, casi lo había olvidado. Es usted muy especial joven Nerik, sin su presencia en este mundo puede que todo se venga abajo. Pero por otra parte, también puede significar para nosotros... la perdición.

Nerik se quedó en silencio y Kyosho rodeó el pequeño escritorio.

-Le he llamado porque desde este día usted estará bajo mi cuidado -dijo el viejo de repente-, con esto me refiero a que yo seré su Sensei desde ahora en adelante. Le ayudaré a controlar el poder que lleva dentro y que se libera, hasta ahora, sólo cuando el odio, la tristeza o el dolor en usted se vuelven incontenibles.

-¿Qué sucederá si su idea de entrenarme, no me agrada? -preguntó Nerik cruzando los brazos.

-Estoy seguro de que desea con mucha fuerza vengar la muerte de su amigo Dazke. Si usted no ayuda en este entrenamiento puede despedirse de ese pensamiento, pues LuxFero se hace más poderoso con cada momento que pasa y un mocoso como usted no podrá vencerlo sólo con desear venganza; necesitará mucho más que eso, mucho más que una simple convicción.

-LuxFero no fue quien asesinó a Dazke...

Kyosho guardó silencio ante la burlona sonrisa de Nerik, de pronto la expresión de este se tornó seria, se levantó de la silla y caminó hasta la salida.

-Aunque puede ser interesante... Sensei Kyosho. Le veré en cuanto comience el entrenamiento; usted decida el momento y el día.

Nerik salió dejando al viejo, este sonrió a medias y se giró hacia la ventana.

-Este muchacho me traerá problemas... pero podré enseñarle bien... creo -murmuró mientras miraba a través del vidrio.

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