sábado, 29 de septiembre de 2007

Capítulo 23: "El Camino De Nerik"

Eizan llegó acompañado por June hasta la cama en la que se encontraba Neri, ya despierto, rodeado por Aixa e Isei.

-Papá -dijo Nerik-, necesito que me expliques muchas cosas.

Eizan asintió y respondió:

-Lo sé hijo, por eso me he quedado hasta que despertaras.

June se acercó a Nerik, pero no dijo ninguna palabra, sólo le dejó la cinta roja de Dazke sobre el pecho. Luego se marchó rápidamente seguida por Isei, quien parecía muy preocupado por ella. Aixe se retiró con una sonrisa a medias dibujada en el rostro y palpando el hombro de Eizan al pasar junto a él.

-He tenido un sueño muy extraño, papá -contó Nerik sujetando con fuerza la cinta dejada por June.

-¿Qué ha sido? -preguntó Eizan sentándose a los pies de la cama en la que Nerik estaba recostado.

-Un extraño me hablaba, me contó muchas cosas sobre el Enviado, que se supone soy yo -dijo Nerik-. Me dijo que debía elegir mi propio camino, que antes de mí hubieron otros Enviados.

-¿Otros?

-Sí, pero todos fracasaron en derrotar a un sujeto llamado LuxFero, que ahora esa responsabilidad caía sobre mí ¿es eso cierto?

-Así es Nerik, aquello es cierto. Tú deber es eliminarlo, tu destino es...

En ese momento Nerik recordó aquello sobre el destino, tal vez pronto le estarían encerrando, obligándole a hacer cosas que no deseaba, alejándole de sus amigos, llevándole a un lugar lejano.

-No quiero seguir ese destino -dijo Nerik con firmeza.

Eizan asombrado se colocó de pie, Nerik se reusaba a lo que todos pensaban era lo que tenía que hacer.

-A los Enviados pasados les hicieron lo mismo. Les hablaron de un destino que tenían que cumplir y terminaban alejándolos de todos. Yo no quiero eso, quiero vivir mi vida, no quiero sentir que soy la marioneta de alguien más, haciendo cosas por voluntad de otro y no por la mía.

-Hijo, nadie te alejará de este lugar si no lo deseas. Pero no puedes dejar de hacer lo que se te encomienda desde hace cientos de años, tú eres él único que puede.

Nerik no estaba muy convencido, aun le seguía molestando la idea de ser controlado por alguna fuerza extraña e invisible.

-Yo haré lo que quiera hacer...

-Nerik...

-Si destruyo a ese maldito será por vengar a Dazke, por nada más que eso. Padre, espero que lo entiendas.

Eizan se levantó y le miró con asombro, no pensaba que su hijo reaccionaría de esa forma, no tenía la menor idea de que lugar salían esas palabras, pero era su hijo el que estaba ahí recostado, el mismo que sostuvo en sus brazos cuando era pequeño, el mismo que había desatado un poder asombroso y que casi había derrotado a LuxFero hacía varias horas antes.

-¿Eres mi padre? -preguntó de repente el muchacho.

Eizan negó con un movimiento de su cabeza y le dijo:

-No, Nerik, yo no lo soy y no conocí al verdadero, sólo conocí a tú madre, Kayla.

-Cuéntame acerca de eso, por favor.

-Conocí a tu madre de la forma equivocada, ella recién llegaba de su tierra cuando la ataqué sin remordimiento alguno, pero para mi sorpresa era más fuerte que yo, me derrotó sin mucho esfuerzo en una playa al sur de Terraconce. Después me enteré que cargaba a un bebé en su vientre, entonces tuve una visión bastante extraña de mi pasado, en la que se me ordenaba cuidarla. Después de eso luché a su lado. Tu naciste en un momento muy peligroso para los dos. La ciudad-fortaleza Jumú estaba siendo asediada por un gran ejército que buscaba a tu madre y a ti para matarlos. Mi mejor amigo, Ningen, y yo nos encargamos de protegerla por un tiempo, pero lamentablemente yo fui herido gravemente por un sujeto de su propia tierra que la perseguía. Ningen te cuidó por un año en las islas del norte junto a su familia. Ningen era el padre de Kosme.

-Así que... yo ya conocía a Kosme en el pasado.

-Así es. Kayla era una persona bastante fuerte, escapó de su tierra con la ayuda de tú verdadero padre. Parecía estar casi todo el tiempo triste, pero eso era porque extrañaba mucho a su marido, de eso estoy seguro. Ella te amó demasiado, pues hizo todo lo posible para que vivieras. Sé que no fue solamente por lo de esa profecía, ya que ella huía de eso. Kayla deseaba que tu vivieras en paz y fueras feliz.

-Pero jamás he sido feliz... tú nunca estuviste ahí cuando te necesité.

-Lo siento tanto, Nerik...

Eizan cerró los ojos unos momentos. Nerik se sentía triste, nunca había tenido una figura materna, pero por otro lado estaba algo feliz por las cosas que le contaban de su madre. Deseó que ella estuviese mirándole desde algún lugar.

Kosme salió rápidamente del templo, no quería que nadie le viera triste. Ya había caído la noche. Miró hacia la luna y varias lágrimas cayeron de sus ojos.

-Todo... ha sido... tan injusto... -dijo sollozando.

En ese momento escuchó algunos pasos, se secó las lágrimas con rapidez y corrió a ocultarse a un árbol cercano. La puerta del templo se abrió y salió June seguida de cerca por Isei.

-No puedo soportarlo... -dijo la Anxelin echándose a llorar.

Isei se acercó un poco y ella le abrazó con fuerza.

-No tienes la culpa...

-Si hubiese visto, si me hubiese dado cuenta, tal vez Dazke...

Entonces Kosme recordó a Dazke, quien había muerto en lugar de June, aquel sufrido muchacho que lamentaba la muerte prematura de sus padres, pero jamás le vio triste con excepción de la vez en que le había contado la historia, tal vez él debía seguir su ejemplo.

-Yo estoy contigo -dijo Isei abrazándola con fuerza-. No te dejaré nunca.

June se sorprendió al escuchar las palabras de Isei, entonces le miró fijamente a los ojos y un segundo después le estaba besando.
Kosme cerró los ojos y se sonrojó.
Isei y June se separaron, luego volvieron a entrar en el templo. Kosme salió detrás del árbol y se quedó observando las estrellas.

-Tal vez a Nerik no le venga bien eso... -murmuró mientras pensaba en lo sucedido entre Isei y June- espero que haga bien su trabajo, no dejaré que la muerte de mi padre ni que todos los años de sufrimiento hayan pasado por nada.

-Debemos tener cuidado -dijo Eizan a Aixa.

-¿Con qué? -preguntó la anciana.

-Con el camino que escoja Nerik -respondió Eizan con preocupación-. Me ha dicho que hará lo que quiera hacer, que no le importa el destino que ha recaído sobre él. Podría convertirse en alguien peor que LuxFero y si llega a ser así, entonces estaremos todos perdidos. Si desata su poder tal como lo hizo en la batalla contra LuxFero...

-Nerik ya no será más nuestro aliado... -interrumpió Aixa.

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