Kosme se dirigió al templo muy temprano por la mañana, incluso antes que los Kaji se levantaran. Cruzó por el bosque a toda prisa hasta llegar al patio del triangular edificio. Miró a todos lados, como si fuese a escondidas y luego al percatarse de que no había nadie cerca corrió hasta la puerta.
Entró sin hacer ruido, y se dirigió hasta el lugar donde Aixa se encontraba. Recorrió el largo pasillo hasta que llegó al final de este para encontrarse con las tres puertas, una a la derecha, otra a la izquierda y otra en frente. Sin dudarlo abrió esta última.
Sólo una antorcha estaba encendida, una que estaba cerca del dormido Nerik. Se acercó a él y le dio las gracias en silencio por haberlo ayudado hacía un mes ya.
-El sol apenas se asoma por el Este y tu ya estás en pie...
Se giró rápidamente y ahí estaba, Aixa, envuelta en una túnica roja.
-Necesito hablar con usted. Ahora -le dijo Kosme con voz firme.
-Habla entonces... -respondió Aixa con firmeza, al igual que el muchacho.
-Un Anxelin aniquiló a todos los que pertenecían a la tribu Kijutsu en la islas del Norte. Me persigue a mi aun por lo que podrían ser obvias razones, pero estoy seguro de que es por otra cosa. Necesito que usted me diga cual es esa otra razón. Él dice que soy un "Enviado" o algo así, no le había creído, aunque desde mi llegada lo he comenzado a considerar.
Aixa se sentó sobre una cama vacía, sonrió a medias y dijo:
-Uno de mis mejores amigos murió en Terraconce, él era Amawta, el líder de la tribu Kijutsu de ese reino. Estos reyes, tanto temor tienen a perder su poder. Sus engañosos consejeros les han convencido de que alguien viene a quitarles lo que tienen. Los han cegado. Pero es verdad, uno viene, uno que va a renovar todo lo visto hasta ahora, aunque antes tendrá que hacer frente a los que no desean renovación, los que desean todo como esta ahora.
-¿Se refiere a... los malos? -preguntó Kosme un poco confundido.
-Oh, muchacho, por supuesto que no. En todo este enredo no existen malos ni buenos. Nadie podría hacer esa calificación. Cada uno tiene su propia manera de pensar, cada uno se aliará con quien desee, ya sea por sus principios, sus creencias, etc. Todos tienen una razón diferente para quedarse en este mundo o irse de el, nadie podría decir con certeza quién está equivocado o quién no lo está.
-Entiendo. Pero todo esto no tiene que ver mucho con mi pregunta -le dijo Kosme mientras pasaba su mano cerca de la nariz.
-Tiene mucho que ver -respondió enseguida-. Verás, Satsujin es uno de los que tiene su propia visión de lo que es conveniente, además de eso, está siendo guiado por la venganza, que saciará, según él, cuando tu mueras en sus manos. En cuanto a lo de "Enviado" yo no soy quien debe responder a esa pregunta.
-¡¿Entonces a quién?! ¡Todos están muertos!
Aixa agachó un poco la cabeza, tal vez el muchacho no lo sabía, pero muchos de sus amigos también habían muerto cuando la tribu Kijutsu fue borrada del mapa. El dolor que sentía, él jamás lo comprendería.
-Tu padre no te envió aquí para que yo respondiera ese tipo de preguntas. Te habló de mi para que al encontrarme estuvieses a salvo. Aquí Satsujin no podrá hacerte daño. Tú debes encontrar las respuestas, tu deberás averiguar por qué te persiguen y tú debes averiguar quien eres en realidad, pues toda tu vida te han hecho creer que eres algo que no.
Kosme quedó desconcertado. Deseó marcharse, tenía que averiguar quién era por su cuenta, estar ahí no tenía mucha relevancia en cuanto a eso, pero por otro lado debía quedarse, en cuanto saliera de ese lugar, sin duda, lo atacarían y es probable que Nereo ya no llegase a salvarle la vida. Necesitaba seguir con vida para aprender sobre él mismo, para averiguar sobre su verdadera naturaleza.
-Hoy Nerik podrá irse de este lugar -dijo de repente Aixa cambiando el tema-. No tiene muchos amigos aquí, estoy segura de que tu podrás hacerle compañía, incluso, puedo saber que llegaran a ser grandes amigos. Pero no te asustes si algunas veces actúa como idiota.
La mujer soltó una risita y Kosme sonrió olvidándose por unos momentos de todo lo que había en su mente en esos instantes.
-No te esfuerces; ni siquiera te darás cuenta, muy pronto tus preguntas serán respondidas.
Kosme no dijo nada, caminó y se sentó a los pies de la misma cama en la que ella estaba sentada.
-Esperaré a que Nerik despierte.
Aixa sonrió, tomó una de las manos del chico y le dio suaves palmadas.
viernes, 3 de agosto de 2007
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