jueves, 28 de junio de 2007

Capítulo 22: "Kayla y Eizan"

Eizan caminó hasta donde estaba Kayla, pero se detuvo a medio camino, no sabía si hablarle, no sabía que hablarle.

-Mejor vuelve con los otros... -murmuró para si.

Pero en ese instante la Anxelin le hizo señas para que se acercara, no podía reusarse, no podía ser descortés con ella. Eizan caminó lentamente, ruborizado, nervioso, sin habla. Al llegar se sentó en la hierba a unos metros de ella. Kayla hizo lo mismo.

-No había tenido tiempo para agradecerte -dijo ella mirándolo y sonriendo dulcemente.

-Agradecerme... ¿por qué? -preguntó sonrojado aun más.

No tenía parecido alguno con el Tsathi al que se había enfrentado hace unos días, ahora era distinto, algo ocurrió en él, algo que ella no comprendía, pero de alguna forma le hacía sentir bien. Aquel endurecido ser, aquel con mirada asesina y una sed de venganza insaciable, hasta ese momento, no era el mismo que la acompañaba en ese instante, este era otro.

-Por defenderme cuando intentaron hacerme daño -contestó Kayla.

Ah!... bueno no tienes que hacerlo -contestó nerviosamente.

-Hace unos días jamás hubiese pensado en que podríamos sentarnos a conversar, así como lo estamos haciendo ahora.

Eizan guardó silencio, encogió las piernas y rodeó sus rodillas con los brazos. Pero de repente se dispuso a preguntar algo que le rondaba en su mente desde el primer encuentro con la chica.

-¿Por qué no me mataste? Ese día en la playa, vi en tus ojos que deseabas hacerlo, pero te detuviste... ¿sentiste lástima?

Kayla lo miró de reojo y sonrió.

-No, no sentí lástima -contestó ella-. Pero no sé como explicarlo... cuando yo...

Ella se detuvo, miró al cielo y volvió a sonreír.

-Sonríes cuanto sientes tristeza... ¿has sufrido mucho? -preguntó el Tsathi mirándola con preocupación.

-Mucho... no entiendo cómo estoy en pie después de todo lo que ha pasado... algunas veces siento que estoy a punto de derrum...

No alcanzó a terminar la frase cuando Eizan se levantó rápidamente y la miró de reojo con una expresión seria.

-Quejándote siempre no llegaras a ningún lado y no me refiero a que no puedas sentir tristeza, pues siéntela, pero después debes seguir adelante, seguir hasta que tu cuerpo ya no pueda más y yo creo que tú aun estás en condiciones de hacerlo.

Ella lo miró con tristeza, sus ojos y su sonrisa contrastaban. Su mirada era totalmente triste, pero su sonrisa parecía amortiguar el dolor que llevaba escondido dentro, dolor que no podía expresar y que tal vez nunca llegaría a expresar.

-Tienes razón, de todas formas no soy la más indicada para hacerlo, para dejarme llevar por la tristeza y las cosas pasadas.

El Tsathi tenía razón, pero una fuerza dentro de ella luchaba por el derecho a quedarse estancada en los recuerdos de su marido, de su amiga y de la buena vida que llevaba en Hiver. Esta fuerza era la que rechazaba de alguna manera al bebé y culpaba de todo a quien la había elegido a ella para llevarlo.

Eizan se arrepintió un poco de haberle dicho aquello, sus palabras habían sido duras y frías, pero ese era el resultado de alguien que sufría desde hacía tanto tiempo. Intentó disculparse, pero las palabras no le salieron de la boca, Kayla lo observó y sonrió. Ella sabía que quería hacerlo, no importaba si no lo decía.
En ese instante un sentimiento muy grande creció dentro de los dos, uno que había nacido secretamente el primer día en que sus miradas se cruzaron. Pero al mismo tiempo intentaron despojarse de todo aquello. Kayla recordó a Tensai, su marido desaparecido y Eizan pensó en su mujer, quien había sido asesinada tiempo atrás por asesinos que jamás pudo encontrar.

-Tal vez... sea mejor que vuelva con los demás... siento un poco de frío -dijo Eizan comenzando a caminar hacia la multitud reunida frente al fuego.

Kayla no dijo nada sólo dejó que se fuera. Los latidos de su corazón estaba acelerados y respirar se le hacía difícil, todo con observar a aquel individuo que de un día para otro que había causado en ella algo que creía olvidado. Cerró los ojos unos momentos y luego miró al cielo.

Eizan se marchó rápidamente, le faltaba la respiración, su corazón estaba acelerado y ya no podía seguir ahí o si no demostraría lo que dentro de su ser se manifestaba con fuerza. Después de haber llegado a la fogata se volteo para observar a la Anxelin, esta miraba fijamente al cielo, entonces sintió tristeza y sonrió, igual como lo hacía ella.

2 comentarios:

Madelyn MP dijo...

Holas:
Lo prometido es deuda. Aquí esta mi comentario y premio ;):
No quiero hacer un comentario muy exhaustivo acerca de la técnica narrativa. No es lo mío, solo puedo decirte que desde mi punto de vista, es agradable leer un texto tan bien hecho.
Pero lo que más me gusta de lo que leído de tu historia es la carga emocional que tiene a pesar de ser tan fantástica. Me gustó especialmente la parte en que Eizan aconseja a Kayla acerca de vivir la tristeza, pero seguir adelante. Me gusta esa tónica.
Encuentro además inteligente la aparición de ese grupo que quiere proteger a Kayla porque les fue anunciado, mientras que al otro, por lo que leí en algunos capitulos se les había pedido exterminarla, a pesar que había pertenecido a tal tribu, no recuerdo bien como te refieres a ellos.
¿Qué mas puedo decirte? Me gustó además ese encuentro entre Eizan y la niña humana, muy poético, muy espiritual, pero a la vez bien enfocado, porque aunque él sintió algo tan maravilloso recordó que él tenía una misión, y que bueno que siguió su destino.
Bueno, esas han sido mis partes favoritas. Cuando tenga más tiempo leeré los capítulos que no he leído.
Felicitaciones!!! Y sigue así y no te olvides de pasar por mi blog, quien sabes si eres el proximo afortunado.

Anónimo dijo...

jajajaja...este ya un comentario largo asi que lo guardo pal otro , en todo caso me encantó esa escena romantica uuuuuyyyy...:P