jueves, 21 de junio de 2007

Capítulo 18: "El Recuerdo Más Importante"

Había llegado a tiempo, sus amigos aun estaban esperándolo, sólo faltaba él.

-Por fin te apareces "Kuskan" -dijo uno que tenía hocico largo, ojos amarillos y piel verde.

-Les he dicho que no me llamen así -reprochó Eizan.

Otro de ellos, el que antes había ido a su casa le dijo:

-Pero si eso eres, un Kuskan, un Tsathi mitad humano... bueno, un humano más que Tsathi, ya que sólo tienes la sangre, pero ninguna de nuestras habilidades o apariencia.

Se quedaron todos en silencio. El despectivo comentario no sólo insultó a Eizan, sino que a sus otros amigos, no porque fueran mestizos, pero si porque eran amigos del muchacho.

-Esta bien, basta de todo esto Aayín -dijo otro con apariencia de humano, con excepción de sus puntiagudas orejas, que parecía ser el mayor de todos-. Será mejor que entremos de una vez a este bosque.

La expresión de Eizan era un poco triste en ese instante.

Se adentraron y caminaron entre la espesa flora del lugar, cosa que era muy difícil, ya que las innumerables ramas de los árboles y los incontables arbustos en el suelo dificultaban mucho el avance.

-Podría utilizar fuego ahora -dijo el de hocico largo y piel verde-. Sí, estoy seguro de que nos abriríamos paso de...

-Estás loco -le interrumpió el que tenía apariencia de humano-, ni siquiera podrías crear una bola de fuego como para arder estas malezas.

Los tres rieron a carcajadas mientras el de muchacho de hocico largo intentaba pasar por alto aquella broma. De repente el grito distante de lo que parecía ser una chica les hizo guardar silencio.

-Eso si que sonó espantoso -dijo Aayín acercándose a sus amigos.

Eizan se dio cuenta de esto y con tono burlón le dijo:

-¿Acaso te asustó? ¡Eres un Tsathi cobarde!

Aayín era un chico bastante altivo con todos los que lo rodeaban, siempre se jactaba de sus habilidades o de lo famosa y adinerada que era su familia, pero jamás había demostrado un atisbo de miedo, este era el momento perfecto para Eizan, lo dejaría en ridículo.

-¿Tú te crees muy valiente? -le preguntó Aayín arqueando una ceja.

-Claro que no -respondió Eizan y unos momentos después agregó-. Te propongo algo...

Aayín lo miró con desconfianza.

-¿Qué cosa?

-Separémonos e intentemos encontrar la fuente de aquel grito... o sonido que escuchamos hace unos momentos -dijo Eizan sonriendo-. De esa forma podrás demostrar tu valentía.

Pensativo el Tsathi altanero luego de unos segundos respondió:

-Hecho, pero... ¿qué sucederá con Geta y Ningen?

Eizan se rascó la barbilla y luego dijo sonriente:

-Pueden seguir juntos, de cualquier forma, ellos no tienen nada que ver en esto, tu eres el que debe demostrar valor... "Tsathi".

Aayín lo miró con enfado, se dio vuelta y caminó hacia el norte. Los otros dos se fueron por el sur y Eizan siguió hasta el este.

Kayla! -le dijo Eoin desesperado saliendo de unos arbustos.

-¿Qué sucede? -le preguntó la Anxelin preocupada.

-¡Alguien viene, parece un dragón... es un Tsathi, estoy seguro, uno de gran tamaño!

-Acércate... -le pidió la chica.

Eoin obedeció como si ella fuese su jefa. Después de unos momentos Kayla tocó la tierra y esta se hundió unos metros.

-¿Y esto...? -preguntó Eoin.

-Silencio... ayúdame con Eizan.

Entre los dos lo recostaron en el fondo del agujero, luego ellos se escondieron junto a él y Kayla de alguna manera hizo que la tierra cubriera la hendidura como si fuera una especie de techo. Al pasar unos minutos sintieron pisadas sobre ellos.

-Esto no se derrumbará... ¿cierto? -dijo Eoin un poco nervioso.

-¿Desde cuando eres tan miedoso? -murmuró la Anxelin.

Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro del muchacho, una sonrisa victoriosa.

-¡Aquí! -gritó de repente con fuerzas para llamar a quien caminaba por encima de ellos.

Kayla sorprendida abrazó con fuerza el cuerpo del Tsathi.

No sabía donde se encontraba, desde hace unos momentos había comenzado a oscurecer, pronto ya no vería nada.

-Tengo que encontrar una salida rápido... -se dijo a si mismo en voz alta.

-¡Oye tú!

Después de llegar a saltar por causa de tal repentino llamado se dio la vuelta para encontrarse con quien no esperaba.

-¿Tú? ¿Qué haces en este lugar? -le preguntó la misma muchacha humana que había conocido en la tienda de Enzo.

Luego de quedarse mudo un par de segundos Eizan respondió:

-Podría preguntarte lo mismo.

Ella sonrió dulcemente y Eizan sintió como si pudiese tocar cada una de las estrellas del cielo.

-¿Deseas acompañarme? -le preguntó la chica.

-Yo... bueno... está bien.

Eizan caminó junto a ella a través del bosque hasta que llegaron a un pequeño precipicio, ahí se sentaron sobre la crecida maleza. Pronto la luna reinó en el cielo y las estrellas le hicieron compañía.

-Con toda la prisa de hoy olvidé decirte mi nombre -dijo la muchacha.

-Yo también lo olvidé... quiero decir, el mío -le dijo Eizan un poco nervioso.

-Soy Tsuki.

-Yo Eizan.

-Eizan... es un bonito nombre -dijo ella sonriendo.

Algo le pareció extraño. Creyó haber escuchado lo mismo antes, en un sueño tal vez, pero no lo recordaba con certeza.
Los dos miraron la luna, parecían hipnotizados por ella.

-Cuando el enviado sea concebido será tu deber protegerlo. Pero no te confundas, muchos intentarán entorpecer tu juicio, que no sea así, pues podrías ser incluso tú el que acabase con su vida.

Su voz fue extraña, como si otra persona le hubiese hablado en aquel momento. La observó con extrañeza y le preguntó:

-No entendí lo que acabas de decir.

Ella le devolvió la misma mirada confusa y le respondió:

-La luna es muy hermosa... eso fue lo que dije Eizan.

-Lo siento... creí que habías dicho otra cosa -se disculpó el muchacho.

De repente todo se volvió negro, la luna y las estrellas desaparecieron, el bosque hizo lo mismo y Tsuki ya no se encontró más a su lado. Estaba solo en medio de las sombras. En ese momento una una especie de luz muy brillante iluminó a un extraño de piel blanca y cabello negro, su vestimenta era del mismo color que el de su pelo y en su brazo izquierdo llevaba amarrado un pañuelo rojo.

-¿Quién eres? -le preguntó Eizan mientras se acercaba a él.

El chico sonrió y le dijo:

-No es tiempo para tal revelación... por ahora tu deber es proteger a la mujer que antes perseguías.

-¿Por qué debería hacerlo? -contestó Eizan con desafío.

-Es tu deber...

-¿Mi deber?

-¿Piensas que has nacido por un simple capricho?

Eizan se quedó pasmado.

-Claro que esa no será tu única obligación en la vida... Eizan.

-Nací con un propósito...

-Exacto y eso es lo que nadie sabe. Todos dicen haber nacido para gozar de esta vida o algo así, pero cada vez que están a punto de morir se arrepienten de no haber hecho una u otra cosa y eso se debe a que no cumplieron con su propósito en la vida.

Eizan retrocedió unos pasos, su corazón palpitaba con fuerza, tenía miedo, ganas de gritar, ganas de llorar, todo al mismo tiempo.

-Tú padre siempre dijo que no habías nacido por un simple antojo... Hombre sabio ¿no lo crees?

-¿Quién eres? -volvió a preguntar Eizan luego de haberlo escuchado todo aquel rato.

-¡Vaya! -exclamó el extraño- Eres bastante insistente, pero no te lo puedo decir ahora. En cuando el bebé nazca te lo haré saber. Por ahora protégelo con tu vida, luego podrás ir a visitar a tu padre, se que tienes muchas ganas de hacerlo.

Eizan se sintió triste. Desde hacía años que no lo veía.

-Acompaña a la muchacha hasta Jumú y luego regresa a la casa de tu padre... pronto yo también iré a visitarlo.

La expresión de asombro de Eizan hizo sonreír al extraño con el cual dialogaba, aquel que inmediatamente después desapareció en un abrir y cerrar. De alguna forma supo lo que significaba eso, deseó estar ahí, con la persona que lo había cuidado siempre, pero debía hacer algo antes.

El Tsathi abrió los ojos y se levantó rápidamente, parecía que fuerzas no le faltaban. Se encontraba en el mismo bosque en el que había vagado durante algunos días. Frente a él habían dos individuos dándole la espalda, a uno, el más alto, lo conocía desde su niñez. Delante de ellos, tan sólo a unos metros, estaba la mujer que desde ahora debía proteger.

-¡Deténganse! -gritó con furia.

Los dos sujetos se giraron sorprendidos y se llevaron una gran sorpresa al verlo de pie, lleno de energías, energías que utilizaría para frenarlos a toda costa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

uuy me costo leer éste, la ultima parte me resultó confusa cuando cambia y oscurece, desaparecen y hay enviados, me perdí un rato...jje :P

pero es un enlace q permite conocer mas hechos.