-¡Vuelvan al templo! -ordenó Kyosho.
La multitud comenzó a entrar en el bosque, sólo algunos guerreros Kaji se quedaron junto a Kosme, Eizan y June.
Nerik observaba sonriente mientras movía con el pie el cuerpo de Bohutt, como si estuviera jugando.
-Deben comprender que este ya no es el Nerik de antes, este es uno totalmente distinto, movido por el odio y por el resentimiento -explicó Kyosho-. No pueden dudar si los ataca, pues el no dudará si ustedes intentan algo.
Eizan y Kosme asintieron, pero June no parecía muy convencida; ella no se había quedado para luchar o algo parecido, sino que deseaba de alguna forma hacer volver a Nerik.
-Ahora... -murmuró Kyosho.
Los tres comenzaron a correr hacia Nerik rápidamente; intentarían un ataque en conjunto, tal vez así lo podrían inmovilizar.
Kosme dio un salto muy alto, mientras Eizan y Kyosho se dirigían por los lados. Nerik ni siquiera se movió, sólo los observaba con un cierto entusiasmo.
A unos cuantos metros de caer sobre su amigo, Kosme sintió como si un gancho lo tirara hacia atrás con fuerza. Por otro lado Eizan lanzó una bola de fuego, pero esta se esfumó antes de llegar a Nerik. Kyosho intentó algo más grande; una llamarada se escapó de sus manos y cubrió por completo al muchacho. Pero segundos despues esta le rodeó y se devolvió contra él. Kyosho levantó las manos, como si intentara mover el fuego y este obedeció cambiando de dirección hacia el cielo. En ese instante Nerik se movió tan rápido hacia él que nisiquiera lo notó hasta que el muchacho le dio un fuerte puñetazo en el vientre. Kyosho voló hasta los árboles, debido a la fuerza del golpe.
-¡Vuelve, Nerik! -exclamó Eizan de repente.
Nerik sonrió burlonamente, le apuntó con la mano y de esta salió disparada una esfera, muy parecida a una burbuja de agua, que le golpeó lanzándolo hacia los arbustos cercanos y dejándolo fuera de combate.
Aprovechando la distracción, Kosme reunió varios rayos de luz en sus manos, tal y como había hecho en la batalla contra Satsujin, y estos se convirtieron en un potente rayo que lanzó contra Nerik sin siquiera dudar.
El rayo azul impató a Nerik en el pecho y lo mandó a volar hasta el lago.
-Lo logré... -murmuró Kosme, como si hubiese acabado de matar a un enemigo.
-¡Nerik! -exclamó June para luego echar a llorar.
-Era necesario, June -explicó Kyosho mientras se acercaba a ella un poco cansado y dolorido por el golpe que el muchacho le había propinado.
De pronto todo comenzó a temblar, el agua se separó por la mitad hasta el centro del lago, donde se encontraba Nerik mirándolos como si nada.
-No me esperaba eso... -dijo Kosme.
-Vayan al templo y ocultense ahí -ordenó Kyosho mientras avanzaba hacia el lago.
Kosme sujetó a June del brazó y corrió hacia el bosque rápidamente.
-No puedo creer que te hayas dejado engañar por ese pobre sujeto -dijo Kyosho.
Nerik salía del lago y el agua que se había movido para dejarle pasar volvía a su posición normal.
-No me engañó -refutó Nerik-. Todo lo que dijo era lo que yo también sentía por parte de todos ustedes. Tú me entrenabas, lo hacías para que lograra controlar mis habilidades y eso te lo agradezco, pero eres consciente de que en el interior pensabas en matarme si llegaba el momento en que decidiera otro camino.
-No negaré que lo pensé, Nerik y ahora verdaderamente me arrepiento de no haberlo hecho en el momento que pude -contestó Kyosho al mismo tiempo que comenzaba a mover sus brazos de una manera extraña-. Desafortunadamente creí en ti, y ahora este es el resultado, tú traición. Has asesinado y he visto el placer en tu rostro, pero no dejo de pensar que en realidad es tu dolor y tristeza lo que te hace actuar así.
-¡Silencio! -exclamó Nerik y una onda invisible se escapó de su cuerpo lanzando a Kyosho hacia atrás.
-He tocado tú punto débil -celebró el Sensei-. Todo esto es porque tus amigos se alejaron de ti, por temerte, por considerarte como un animal salvaje; si no se puede controlar se elimina. No puedo mentirte Nerik, eso fue lo que realmente sucedió, fueron nuestros errores, jamás debimos pensar y actuar de es forma.
Nerik comenzó a llorar discretamente, sintiendo el dolor y la tristeza, todo lo que había contenido durante largo tiempo. Pero ya era tarde.
-Yo... yo no quise... -tartamudeó entre lágrimas.
-Lo sé, lo sé; pero no puedo dejarte ir. Ahora que has probado el poder, ahora que has sentido el placer de matar a alguien, eres tan peligroso como LuxFero. Cada vez que te enfades intentarás hacer lo mismo. Nadie estará a salvo en este mundo contigo -dijo Kyosho.
Lo que le había dicho el viejo le había herido más aun; aquello fue como si le hubiesen golpeado directamente en el alma. Sintió un dolor extraño en todo su cuerpo, sus manos parecían entumesidas y sus piernas le temblaron por un segundo.
El fuego comenzó a rodear a Kyosho, como si fuera una especie de cadena gruesa diera vueltas a su alrededor mientras el movía sus manos.
-Lo siento, Nerik, pero es la única salida -dijo Kyosho mientras la gran cadena de fuego se dirigía hacia el muchacho rápidamente.
Nerik se quedó pasmado, su mirada estaba perdida, parecía que se dejaría morir; pero justo en el momento que el ataque del Sensei estaba a punto de tocarlo, agitó el brazo con fuerza y golpeó la cadena como si nada para desviarla. Kyosho quedó boquiabierto frente a la reacción del muchacho y frente a lo que había hecho con su ataque.
-Si usted pretende matarme, yo tengo derecho a defenderme -dijo Nerik-. No me quedaré de brazos cruzados, aunque ya he comprendido lo mal que he hecho.
-Que bueno que hayas comprendido, pero eso no servirá para que tu vida sea perdonada -dijo Kyosho mientras corría hacia él.
El Sensei le cayó con varios golpes, que Nerik fácilmente bloqueó.
-Esto es por el bien del mundo Nerik... -le dijo Kyosho mientras daba un salto y le propinaba una patada que el muchacho cubrió con el brazo.
-No moriré, yo te mataré primero -respondió Nerik sonriendo al mismo tiempo que le propinaba una patada en el rostro y lo lanzaba al suelo.
Kyosho lanzó una gran bola de fuego muy cerca de Nerik, la que se estrelló justo en su pecho y lo mandó a volar. El Sensei aprovechó aquello para colocarse de pie y lanzar una potente llamarada que envolvió por completo a Nerik. Pero al esfumarse el fuego algo parecido a un manto negro cubría al muchacho.
Nerik volvió a la tierra y un par de alas negras se expandieron de su cuerpo, como si antes hubiesen estado pegadas a él con el único fin de protegerle.
-En cuanto tu ataque me alcanzó ellas me protegieron; son mis alas -dijo Nerik con alegría.
Kyosho no dijo nada, sólo extendió sus brazos y lanzó otra gran bola de fuego hacia Nerik, la que se detuvo frente a él. Los ojos del muchacho resplandecían y era aquel poder único de los Anxelin para mover las cosas o detenerlas sólo con desearlo. El viejo lanzó una llamarada hacia la bola de fuego, haciendo que creciera de tamaño, entonces Nerik tuvo dificultad para contenerla. Kyosho seguía lanzando fuego a diestra y siniestra, mientras Nerik resistía. Entonces el chico levantó el brazo, apuntó con el dedo y disparó un relámpago, pero esta vez era azul, no rojo como con el que había matado a Bohutt.
La gran bola de fuego se encontró con el relámpago de Nerik causando una enorme explosión que los envió a volar a los dos.
-June, es mejor que te quedes en este lugar -aconsejó Kosme-. Estarás a salvo con los demás.
Varios guerreros Kaji, acompañados por Aixa, Garaadria y La-Meng peramanecían frente al templo, esperando que la batalla entre Kyosho y Nerik culminara.
-Yo quiero volver -contradijo la muchacha con firmeza-. Nerik es mi amigo, no lo dejaré... ya lo hice una vez y eso causó que me odiara.
Kosme bajó la mirada avergonzado, pues él también había apartado a Nerik luego de la muerte de Dazke. Se suponía que eran amigos.
-Tienes razón, es nuestro deber volver -dijo Kosme sonriendo.
June asintió y de repente unas grandes alas blancas se desplegaron en su espalda. La Anxelin sujetó al chico de la mano y juntos volaron hacia el lago frente al asombro de los presentes.
Kyosho se levantó, la cabeza le dolía y todo le daba vueltas, el golpe había sido muy fuerte. El viejo observó más allá del agujero dejado por la gran explosión y vio a Nerik de rodillas, intentando colocarse de pie.
-Esta es mi oportunidad... -murmuró Kyosho reuniendo toda la energía que le quedaba para crear fuego.
Nerik levantó el rostro y vio a su antiguo Sensei apuntándole con el brazo, entonces se apresuró en ponerse de pie.
Una gran bola de fuego se acumuló frente a Kyosho, quien después de unos segundos, cuando hubo el blanco estaba quito la disparó.
-Lo siento mucho, Nerik... -dijo el viejo cerrando los ojos.
Nerik ya estaba de pie cuando la bola , casi de su mismo tamaño, llegó a él, pero sus alas le protegieron justo en el instante en que estalló, logrando que sufriera ninguna herida.
Kyosho abrió los ojos y vio al muchacho con las negras alas extendidas, mirándole con tristeza y rabia; apuntando con su dedo, a través del cual soltó un relámpago como el de antes que atravesó en un abrir y cerrar de ojos el pecho de Kyosho causándole una muerte instantanea.
-¡Sensei! -gritó June, quien llegaba en ese momento junto a Kosme.
Eizan salió de entre los árboles, herido en el brazo izquierdo gracias a la fuerza con la que Nerik le había empujado hacía un rato atrás. Eizan se quedó inmovil al ver el cuerpo del viejo Sensei y a su hijo de pie, casi a punto de caer al suelo, apuntando con su dedo y jadeando de cansancio.
Nerik no estaba prensente, su mirada perdida y su inmovilidad lo hacían notar. Kosme y Eizan recogieron el cuerpo de Kyosho, sin hacer nada en contra de Nerik. Entonces, June se acercó a él sollozando.
-Nerik... -dijo en voz baja, pero el muchacho no reaccionó- Nerik... estás... bien...
-Mira lo que he hecho... -dijo Nerik de repente bajando el brazo con el que apuntaba y cayendo de rodillas- todo lo que reprimí por tanto tiempo causó esto en mi. Al principio se sintió bien, pero ahora... ahora no siento nada, es como tener un vacío dentro. No siento miedo, no siento odio, no siento rabia, no siento tristeza... no siento nada.
Nerik cayó inconsciente en ese instante. June se echó a llorar, ya no parecía la mujer fuerte de antes, sentir le había hecho débil, lo que sentía por Nerik le había hecho débil.
Pronto Aixa, Garaadria y otros miembros de la tribu llegaron.
-Nerik hizo todo esto... -dijo Garaadria mientras miraba los cuerpos de aquellos que habían muerto bajo su poder repartidos por el lugar.
-Era lo que más temía... -dijo Aixa al mismo tiempo que levantaba con la ayuda de June el cuerpo de Nerik.
-¿Lo llevarás al templo? -preguntó Garaadria horrorizada.
-Por supuesto... no dejaré que muera en este lugar -contestó la vieja-. June, sujeta sus alas, procura que no les suceda nada.
En ese instante las negras alas de Nerik comenzaron a entrar en su cuerpo y sólo quedaron dos pequeñas protuberancias en donde antes habían estado. Aixa sonrió a medias al igual que June.
-¿Qué haremos cuando despierte? -preguntó la joven Anxelin a la vieja mientras cargaban el cuerpo a través del bosque.
-Sacarlo de este lugar -respondió Aixa.
-¡¿Qué!?
-Aquel que se quede como nuevo líder hará lo que sea para eliminar a Nerik. Estoy segura de que te has dado cuenta de la mirada de los Kaji cuando lo cargabamos hacia el templo.
-Tiene razón, pero es algo que se puede comprender -dijo June-. Nerik casi se decide a acabar con todos. Es extraño que a última hora sólo se haya quedado enfrentando al Sensei Kyosho.
-Puede haber sufrido un cambio en el momento que se quedaron solos, tal vez Nerik comprendió lo que hacía, tal vez lo lamento. Sólo basta que sienta culpabilidad por lo que hizo para que vuelva en sí.
June y Aixa guardaron silencio cuando llegaron al templo; varios los observaban con asombro, otros miraban con odio y repugnacia al muchacho que cargaban.
miércoles, 21 de noviembre de 2007
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