El corazón de Kayla llegó a saltar en cuanto escuchó aquella fría y satisfecha voz, no la conocía, no la había oido antes, pero sabía que no provenía de alquien que pretendiera ayudarla, así lo sintió en ese momento. Cuando se giró al igual que Tensai y Akemi vio ahí frente a ellos cinco Anxelin, uno de estos le era familiar.
-Nadie puede salir de Hiver sin la autorización de los sabios -dijo uno de ellos sonriendo-. Estoy seguro que ustedes no la tienen.
Tensai se colocó delante de las dos para protegerlas, recordando a cada momento que venían especialmente por el bebé de Kayla. No permitiría que nada les sucediera. Pero todo fue tan rápido, ni siquiera los vio venir, sólo basto pestañear para que los Anxelin estuvieran a un lado de ellos para no dejarlos escapar.
-No se resistan por favor -les pidió Batsu con falsa amabilidad-. Sólo la muerte de uno de los presentes es importante. Si no intentan nada... podría dejarlos con vida.
Batsu se acercó a Kayla sonriente, mientras esta desenfundaba la vara de cristal que le había entregado Toshi.
-Apartense -ordenó Batsu a los otros Anxelin que sujetaron fuertemente a Tensai y a Akemi-. Si quiere luchar, entonces le consederé ese deseo antes de su muerte.
Kayla enfurecida se lanzó contra Batsu. Intentó golpearle con la vara, pero no funcionaba, el Anxelin era rápido, bloqueaba todos sus ataques.
-Ya no tienes tanta habilidad como aquel día en la capital -dijo Batsu soltando una carcajada mientras se movía para esquivar los golpes.
Pero ese momento de confianza permitió a Kayla golpearle en el pecho y luego en el rostro lanzándolo al suelo. Tensai y Akemi sonrieron, pero no estaban seguros de su victoria, Kayla sólo podría ganarle si manifestaba aquel poder con el que lo había derrotado antes.
-Esta bien, subiremos el nivel -dijo Batsu mientras se levantaba.
El Anxelin se acercó lentamente, Kayla se preparó para intentar detener cualquier ataque. Batsu le propinó una fuerte patada llegando incluso a lanzarla varios mentros lejos de él.
-¡Kayla! -gritó Tensai intentando escapar de su captor, pero uno de ellos lo golpeo en el pecho dejándole sin respiración.
Kayla intentó ponerse de pie, pero su vientre le dolió mucho, ese dolor no le dejaba levantarse, entonces recordó, su bebé. La Anxelin soltó un grito de desperación, rabia y dolor.
-Parece que mi misión ya ha acabado -le dijo Batsu desde lejos-. He asesinado al ser que llevas dentro.
Batsu soltó una carcajada. Había cumplido con su misión. Kayla dejó de sentir el dolor físico, pero el dolor interior, aun más fuerte que el corporal comenzaba a manifestarse en ella, un dolor terrible, un dolor que escapaba del corazón.
El Anxelin sonriente se acercó a ella y desenfundó su sable.
-Ya no te queda nada... ya no tienes razón de existir -dijo Batsu colocando el arma en posición vertical para atravesar el cuerpo de la muchacha por la espalda.
Kayla de rodillas tembló de furía, pero nada servía, ya nada valía la pena, su hijo, hijo, al que tenía que proteger con su vida ya no nacería. Las lágrimas se resvalaron por sus mejillas hasta encontrar su destino en la nieve, lágrimas que derramaba no por el miedo a morir, sino que por su bebé.
-Creeme, tu vida será mejor desde ahora... claro, me refiero a la vida de tu espíritu -le dijo Batsu satisfecho con su victoria.
Con un rápido movimiento el Anxelin hundió el sable en la espalda de la Anxelin, ya todo estaba hecho, pero en ese momento se dio cuenta de algo, se había equivocado, de repente un golpe de parte de un furioso Tensai lo quitó del lugar.
Kayla sintió un pesado bulto en su espalda, acto seguido Tensai la tomó y la alejó de aquello que le había caido encima, entonces se giró para ver. El dolor dentro de ella creció, su amiga, Akemi, yacía en el suelo donde ella antes había estado con una profunda herida en su espalda. No sabía si estaba viva o muerta.
-Vamos Kayla, debemos irnos -le dijo Tensai sollozando-. Tenemos que escapar mientras podamos, así el sacrificio de Akemi no será en vano.
Kayla lo alejó de un manotazo. Tensai cayó sorprendido, los ojos de su mujer brillaban intensamente. En ese momento llegaron los Anxelin de los que su marido y Akemi habían escapado para ayudarla. Se detuvieron frente a ella, de alguna forma sintieron miedo.
La Anxelin extendió su brazo y la vara de cristal, que se encontraba a unos metros de ella, llegó a su mano de forma inmediata. Kayla la golpeo una vez en el suelo y la cuchilla emergió. Tres de los cuatro Anxelin que la miraban atónitos retrocedieron, sólo uno, uno que tenía los ojos rojos se abalanzó sobre ella, pero Kayla con un rápido movimiento y haciendo uso de su arma le hirió la cara dejándole un corte en medio del ojo izquierdo.
-¡Satsujin! -gritaron al mismo tiempo sus compañeros.
El Anxelin cayó al suelo desmayado inmediatamente, los otros extendieron sus alas para escapar volando, pero Kayla fue mucho más rápida y cortó sus alas, dejándolos sin escapatoria, aunque ya no intentaría huir, pues el dolor era tan fuerte en los tres que fueron cayendo uno a uno inconscientes.
Tensai la observaba pazmado, ese odio, esa furia que irradiaba su mujer, jamás pensó que la vería en ese estado, incluso llegó a sentir un poco de miedo mientras la veía. De repente vio que alguien se acercaba por detrás de ella, era Batsu amenazante con su sable listo para asestarle el golpe que posiblemente le llevaría a la muerte.
-¡Cuidado! -gritó Tensai se puso de pie y corrió hacia ella.
Kayla se giró y de un manotazo mandó a volar a Batsu lejos de ella. Después de eso los ojos de su mujer dejaron de brillar. Pero no todo había terminado, cayó a la nieve retorciendose, el dolor en su vientre había vuelto. Tensai se acercó a ella rápidamente e intentó tomarla.
Batsu se levantó, enfadado, más de lo que otras veces nunca había llegado a estar. Paso su brazo por la barbilla para quitar un poco de sangre que tenía debido al golpe recibido. No la perdonaría nunca, era necesario para él terminar con su vida de una vez por todas.
-Es hora de irnos -le dijo Tensai a Kayla.
-No vale la pena -respondió ella.
Tensai le ayudó a ponerse de pie y le dijo sonriendo:
-Claro que vale pena Kayla.
Tensai la besó dulcemente. Pero en ese instante Batsu intentó atacarlos de nuevo quitándoles aquel momento de tranquilidad, el único que habían tenido desde hacía tiempo. El Anxelin apartó a su mujer logrando que el ataque de Batsu no le alcanzara.
-¡Vete! -le gritó Tensai a la Anxelin.
La enloquecida mirada del que los intentaba matar sólo se fijaba en la muchacha. En ese momento Tensai extendió su brazo y lo paralizó con mucho esfuerzo.
Kayla corrió hasta precipicio, extendió sus negras alas y miró a su marido.
-No te preocupes... yo te seguiré en cuanto lo derrote -dijo Tensai sonriendole a medias.
Una lágrima cayó por la mejilla de Kayla. Ella sabía que debía quedarse para ayudar, pero de algún modo las anteriores palabras de su marido le habían dado esperanza, él sabía algo que ella no y esperaba que fuera algo bueno, algo que no supusiera la destrucción de sus esperanzas.
-¡Vete ya! -volvió a gritar Tensai.
Kayla voló tan rápido como pudo hasta que después de unos momentos desapareció entre las nubes del horizonte. Los dos Anxelin ya no la podían ver.
Batsu logró salir de la paralisis ocasionada por Tensai, pero era demasiado tarde, su objetivo había escapado.
-No tienes idea de lo que has hecho -le reprochó Batsu-. Has dejado ir a la mayor amenaza para nuestro pueblo y el mundo.
-Te equivocas... el bebé es una amenaza... solamente para aquel que te ha enviado y te ha manipulado... ahora lo he comprendido todo... el supremo me ha dado visión -le respondió Tensai jadeando por el cansancio que le había provocado estar deteniendo al Anxelin.
Batsu se quedó en silencio, se alejó un poco de él y se preparó para luchar. Tensai hizo lo mismo, aunque estaba cansado y sabía que no aguantaría más. Los ojos de los dos brillaron intensamente y cada uno corrió hacia el otro, listos para asestar el último golpe. Sólo uno saldría con vida.
Kayla volaba entre las nubes, recordando todo lo sucedido hace unos momentos atrás, pensando en su bebé y pensando en las palabras de esperanza de Tensai, lo dicho por su marido le había dado fuerzas, de alguna forma el sabía que no todo estaba perdido, por eso no podía fallarle, aun cuando no lo volviera a ver nunca más.
sábado, 5 de mayo de 2007
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3 comentarios:
LAYCA....
oye kewin es el mejor capitulo que he leido, me gustó muchissssssimooo
sigue así poniendole la misma pasión a cada capitulo.
muy bkn
:D
Esta re bueno este ultimo, sigue asi.. y pasad por mi blog..
http://fortunasuffragante.blogspot.com/
el mejor de los capitulos
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