Abrió los ojos tranquilamente, como si su sueño no le hubiese causado ningún tipo de temor, aun cuando había sido demasiado real, así lo sintió en esos momentos. Se levantó y se vio postrada en la cálida arena de una playa bañada por las cristalinas aguas del mar. Miró hacia atrás y apreció un frondoso bosque, que a simple vista parecía interminable, ya que cubría la distancia de todo aquel lugar. Comenzó a caminar un poco sobre la arena, hasta donde había un acantilado, en el cual en la parte más alta se encontraba un faro. Tal vez ahí estaba la respuesta al destello que vio mientras volaba. De repente se dio cuenta de que la vara de cristal que Toshi le había entregado en Hiver, pero no estaba en ningún lugar cercano, así que se decidió a caminar.
Mientras avanzaba, vio el mar y se detuvo unos momentos. Era relajante, después de todas las cosas que habían pasado.
-Tensai... -dijo en voz baja mirando fijamente al horizonte con melancolía.
La Anxelin dio un suspiro y prefirió quedarse ahí unos momentos. El recuerdo de su marido le hacía sentir ese intenso dolor en lo más profundo de su ser, un dolor que no podía quitarse de encima, un dolor que venía del corazón. En estos momentos no sabía donde él se encontraba, ni siquiera el por qué de haberla dejado ahí.
En ese momento la voz de un muchacho la alertó.
-¡Oye! ¿Quién eres?
Kayla se giró y vio a un muchacho de pie con mirada seria. Iba vestido con una camisa de mangas largas color verde, el mismo color de su pantalón, y llevaba unas botas cafés. Su cabello era negro y su piel blanca, pero no tan blanca como la de ella. En su mano izquierda llevaba el arma de cristal de la Anxelin.
-¡Eso es mio! -exclamó Kayla al ver la vara.
El muchacho miró el objeto que llevaba y sonrió.
-Ven por ella -le contestó con tono desafiante.
Kayla arqueo una ceja, extendió el brazo como si lo fuera a tomar desde el lugar en el que estaba y de inmediato la vara de cristal llegó hasta ella como si reconociera a su dueña. El humano asustado retrocedió.
-¿Decías...? -preguntó Kayla sonriendo.
La Anxelin se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el lugar en el que había despertado, pero de repente un estallido en la arena la lanzó de vuelta hacia atrás, cerca de donde estaba el chico.
El muchacho se acercó a ella corriendo y le ayudó a ponerse de pie.
-Creí que me tenías... miedo -le dijo Kayla mientras él la sostenía.
El chico miraba hacia el bosque con una expresión de horror en su rostro.
-Le temo más a él... -contestó asustado.
Kayla miró en la misma dirección, pero ya no vio a nadie.
-Al fin te encuentro...
La voz provenía de entre el polvo que había dejado la implosión. Los dos observaron con atención. Alguien caminaba hacia ellos.
-Al fin te encuentro... Kayla.
Apareció frente a ellos un sonriente humano, aparentemente, vestido de negro y con armadura que cubría su pecho, hombros y la mitad de sus brazos, esta era de un color azul oscuro. Era moreno, de ojos oscuros y cabello negro, el cual le llegaba hasta los hombros. Su parecido con alguien muy cercano a Kayla era increíble.
-¿Tensai...? -murmuró la Anxelin confundida.
La mirada del sujeto era como la de un asesino y su permanente sonrisa inspiraba bastante temor, inclusive para Kayla. El casi exacto parecido con su marido la dejó pasmada, no sabía que hacer. Pero la presencia amenazadora de aquel individuo le hizo mantenerse firme, ya no huiría jamás, esta vez se quedaría al enfrentamiento.
Aquel extraño definitivamente no era su amado.
sábado, 19 de mayo de 2007
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2 comentarios:
Este tambien ta weno, solo un problema no me quedó claro si había sido un sueño o fue realidad que tensai la llevaba en brazos...
...en todo caso quizá yo no lo entendí, no quiero decir q esté mal redactado ok.
No está mal redactado ni nada, luego descubriras si fue un sueño o no xD
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