martes, 30 de octubre de 2007

Capítulo 28: "El Bosque"

Ya amanecía cuando el grupo de rescate llegaba hasta un espeso bosque. Habían viajado durante toda la noche, pasaron por la capital de Terraconce sin parar, dirigiéndose directamente hasta la costa, donde se supone estaban las ruinas de la ciudad que Nerik había visto gracias al constante llamado de June.

-Aquí está -dijo Bohutt mientras desmontaba-. Pasando esto llegaremos con el secuestrador de June.

Se quedaron mirando por unos momentos el lugar, algo les hacía desconfiar, algo tenebroso en el ambiente les hacía dudar.

-Es hora de seguir -ordenó Nerik-, no perdamos más tiempo.

-Pero no podremos seguir con los animales -informó Kosme-. El bosque parece demasiado espeso como para ir montado en los Tora.

-Tiene razón -agregó Kai-Wén.

-Que se queden aquí, al regreso los buscaremos -dijo Neirk bajándose de la criatura.

Los otros hicieron lo mismo y los ataron cerca de los árboles. Se adentraron en el oscuro bosque con cuidado, los árboles estaban tan juntos que el camino se hacía dificultoso; a medida que avanzaban parecía que la vegetación a propósito intentaba retrasarles.

-Podría incendiar este lugar... -murmuró Kai-Wén.

-Estás loco, moriríamos todos aquí, aun cuando somos capaces de controlar el fuego sería demasiado -dijo Bohutt al mismo tiempo que cortaba una rama con un filoso sable.

En ese momento Nerik, quien iba adelante de todos, se detuvo en seco.

-¿Qué sucede? -preguntó Kosme acercándose.

-Hay algo muy extraño en este bosque... -respondió- es como si todo estuviese vivo y nos observaran.

-¡Cuidado! -advirtió de pronto Malena a su hermana gemela cuando una gruesa rama pasaba cerca de ella con la intención de golpearla.

Camela se lanzó a la tierra y esquivó el ataque. De pronto las raíces de un enorme árbol brotaron desde el suelo y sujetaron con fuerza a Kosme.

-¡Maldición! -exclamó intentándose liberarse.

Bohutt se acercó con rapidez y con su sable rompió las ataduras.

-Tenemos que salir de aquí... -dijo Nerik.

Los seis comenzaron a correr con dificultad a través de los árboles, esquivando cada rama y raíz que intentaba golpearles. De repente Kosme se quedó pegado a un árbol. Los otros se detuvieron y Nerik junto a Kai-Wén se devolvieron para ayudarle.

-No me puedo mover... -dijo Kosme forcejeando.

En ese momento Camela y Malena volaron por los aires para luego quedar atrapadas entre las ramas, como si estas hubiesen decidido atarlas. Parecía que la naturaleza estaba en contra de ellos.

-¡Bohutt...! -gritó Kai-Wén mirando a su compañero.

Varias raíces salieron de la tierra levantando al muchacho hasta las copas de los árboles, dejándole prisionero.

-No logro verlo... -dijo Kai-Wén mirando hacia arriba, pero las ramas y las hojas le impedían encontrarlo, así no podría rescatarle.

Los ojos de Nerik comenzaron a brillar, el odio y la rabia se reflejaron en su rostro. De pronto todos los árboles que les rodeaban fueron arrancados del suelo y lanzados lejos, formando un gran claro en el lugar y dejando libres a Kosme, Bohutt, Camela y Malena.
Nerik cayó de rodillas al suelo, jadeando y sujetándose la cabeza con ambas manos. El dolor que le había producido el realizar tal acto era casi insoportable.

-Vaya, vaya...

Una vos femenina proveniente de entre los troncos de los grandes árboles amontonados a varios metros de ellos les alertó.

-¡Sal de tu escondite! -exclamó Kosme mientras miraba a todos lados al igual que sus compañeros.

De entre los árboles apareció una hermosa mujer, de cabello blanco, ojos azules y tez blanca. Sonriente se acercó a ellos poco a poco flotando a unos pocos centímetros del suelo.

-¡Ella asesinó a Dazke! -gritó Kosme apuntándola con el dedo.

Camela y Malena lanzaron dos bolas de fuego que se dirigieron velozmente a la mujer, pero antes de siquiera tocarla se esfumaron en el aire. La extraña soltó una carcajada al ver el rostro horrorizado de las hermanas.

-¿Dónde está June? -preguntó Kai-Wén.

-No muy lejos... -contestó sonriendo- pero lamentablemente no podrán hacer nada por ella. Pronto estará lejos de este lugar y no la verán nunca más. Puesto que yo me encargaré de que así suceda...

Akemi extendió el brazo derecho y de este se escapó un relámpago que impacto cerca del equipo.

-Mala puntería... -se burló Bohutt.

-Sólo era una advertencia... -respondió Akemi sonriente mientras se lanzaba sobre los seis.

Kosme saltó hacia un lado sujetando a Nerik, quien aun no se reponía. Camela y Malena luchaban contra Akemi, pero esta esquivaba y bloqueaba todos sus golpes mientras hacía muecas burlonas. De pronto las gemelas se alejaron y una cortina de fuego cayó sobre la mujer, pero esta ni se inmutó, sus ojos resplandecieron y el ataque se devolvió hacia Kai-Wén y Bohutt, quienes en conjunto lo habían realizado.

-Es habilidosa... -murmuró Camela alejándose un poco de ella.

De pronto los árboles que habían sido arrancados se levantaron y se lanzaron contra los cuatro muchachos. Akemi reía de manera desquiciada mientras los troncos y ramas pasaban a un lado de ella. En ese momento un rayo de luz azul le golpeó en el vientre logrando derribarla. Kosme había dejado a Nerik cerca de los árboles, para que nada le sucediera, y se había unido al combate.

-Un Kijutsu... -farfulló Akemi cuando se volvía a poner de pie.

Bohutt desenfundó su sable y junto a Kai-Wén, Camela y Malena la rodearon.

-Luchando en grupo sólo prolongan un poco más sus vidas, pero no durarán para siempre -dijo Akemi levantando sus brazos, como si estuviera dispuesta a rendirse.

Pero sus intenciones eran diferentes. Sus ojos brillaron nuevamente y una especie de aura resplandeciente la rodeó. Los cinco atacaron al mismo tiempo, el fuego la cubrió, pero no la dañó, sino que se hizo parte de ella.

-Están perdidos... -advirtió la mujer sonriendo.

El fuego se repartió en el mismo número de brazos que había por muchacho y atacaron a cada uno como si tuvieran vida propia.

-¡No puedo controlar el fuego! -exclamó Camela mientras evadía una de las candentes extremidades.

Los cinco retrocedieron tanto como pudieron, pero los brazos de fuego se alargaban lo necesario como para alcanzarlos. De pronto un relámpago impactó a la mujer directamente, provocando que el ataque cesara y dejándola fuera de combate, pero no completamente gracias al fuego que la rodeaba.

Kai-Wén se giró hacia el lugar de donde había provenido y vio a Nerik de pie. Sus ojos resplandecían y desde su brazo extendido se escapaba humo. Entonces le gritó con fuerza:

-¡Ve por June, nosotros detendremos a esta mujer!

Nerik se dio la vuelta y corrió hacia el bosque. Bohutt le hizo una seña a Kosme para que le siguiera, y este asintió. Kosme se alejó del grupo y fue tras él.

-¿Detenerme? -dijo Akemi colocándose de pie- Sólo por él fue derribada, pero no sucederá de nuevo. Ahora el Enviado no está con ustedes.

Kai-Wén, Bohutt, Camela y Malena se prepararon para el contraataque.
En un abrir y cerrar de ojos, Akemi, apareció en medio de ellos; golpeó con fuerza a las dos chicas para alejarlas, luego tomó a Kai-Wén del cuello y lo azotó contra el suelo. Bohutt le atacó con el sable, pero ella dando un salto lo esquivó y de una patada le arrebató el arma de las manos. Bohutt retrocedió, lanzó una bola de fuego que Akemi ágilmente bloqueó con sus brazos para luego darle un puñetazo en pleno rostro. El chico cayó al suelo sangrando y Akemi se preparó para darle el golpe final. Pero una daga, lanzada por Kai-Wén le hirió el brazo.

-¡Maldito mocoso! -exclamó Akemi furiosa mientras corrió hacia él.

Kai-Wén no retrocedió, desenfundó rápidamente un sable que llevaba oculto en una funda bajo la su capa y se lanzó hacia ella. Ambos se enfretarían a muerte.

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