-Esto no es personal, espero que entiendas -dijo Alberich sonriendo frente a una fogata-. Verás, mi trabajo es llevar de vuelta a los Anxelin traidores o a aquellos que han escapado de nuestra tierra. Tú eres una, al convertirte en traidora me han solicitado que te lleve frente al rey. Todo por el Enviado.
A unos metros de él, cerca de unos escombros de lo que parecía ser una casa se encontraba June, atada de manos y pies con cadenas observándole desde las sombras sin decir ni una palabra.
-Descuida, tal vez sólo te den un castigo. Es mejor que morir ¿no?
June le miró con rabia y respondió:
-No me asusta morir.
-Pero eres demasiado joven, hay demasiadas cosas que aun no has vivido; yo estaría aterrado en tu lugar.
June sonrió a medias y cerró los ojos; por un momento pensó en Isei y en la herida causada por Alberich, pero luego sólo Nerik se presentó en su mente, su rostro, sus ojos, la imagen de él cuando su verdadera identidad como Enviado se había manifestado en la batalla de la capital. Entonces repitió su nombre, lo repitió tantas veces como pudo y deseo que él le escuchara y viniera en su ayuda. No lo sabía muy bien, pero un sentimiento grande y extraño le hizo pensar que el pecho estaba a punto de estallarle.
-Es ella... -dijo Nerik- está llamándome.
Los seis muchachos hicieron que los animales que montaban aumentaran la velocidad, ya era de noche y no habían parado en todo el día, si mantenían el ritmo llegarían a ellos más pronto de lo pensado.
-¿Puedes saber dónde está? -preguntó Kosme.
-Es como si pudiera ver lo que ella ve... -respondió Nerik sin apartar la mirada del camino, rodeado de árboles, por el que avanzaban- al parecer son ruinas, hay muchos escombros de edificios y casas a medio destruir.
-¿Una ciudad? -preguntó Kai-Wén acercándose con el animal a él.
Nerik le observó por unos momentos con desconfianza, pues aun no se acostumbraba a la idea de que ellos les acompañaban para salvar a alguien con quien nunca habían simpatizado, incluso Malena estaba ahí. Nerik apartó la mirada y respondió:
-Tal vez, pero no conozco ninguna ciudad en ruinas que esté en Terraconce.
-Yo sí -dijo el otro muchacho que los acompañaba, uno que tenía cierto parecido con Dazke.
Su nombre era Bohutt, pero Nerik no conocía más de él aparte de eso, lo había visto un par de veces junto a Kai-wén, pero al parecer también era uno de los más habilidosos de la tribu, de otra forma Kyosho nunca le hubiese llamado para formar el equipo de rescate.
-Una ciudad en ruinas llamada Jumú -les informó el muchacho-. Por lo que sé, fue destruida hace más de dieciocho años, los motivos no son claros. Una tribu completa intentó invadirla, pero fracasó a última hora, aunque los daños la hicieron inhabitable. Quienes vivían aquí prefirieron mudarse a otra lugar después de eso.
-¿En dónde se encuentra? -preguntó Nerik.
-Al sur de la capital de Terraconce, cerca de la costa -contestó Bohutt.
Nerik asintió sonriendo e hizo que el animal corriera más rápido, sus compañeros le imitaron y continuaron el viaje velozmente.
La fogata se había apagado, June miraba al cielo apoyada en una muralla pidiendo con fuerza en su mente que la encontraran rápido, no deseaba ir a Hiver, pues si lo hacía jamás volvería a ver a sus amigos. Especialmente a Nerik.
-Isei... -murmuró.
El muchacho estaba enamorado de ella, al contrario de Nerik, quien no hacía nada más que caminar en silencio todo el día y no tomar en cuenta a nadie. Tal vez era Isei el indicado, Nerik había cambiado demasiado.
De pronto un ruido, muy cerca de ellos, alertó a Alberich, quien apareció rápidamente desde las sombras a la luz de la luna. El cazador observó a todos lados, listo para enfrentarse a quien fuera, pero después de unos segundos sonrió y le dio la espalda a la muchacha para encontrarse con una hermosa mujer vestida de blanco.
-Akemi... -dijo con un poco de entusiasmo en su voz- has venido a visitarme.
La Anxelin se acercó a él y sonrió.
-Ni lo pienses galán -le dijo apartándole del camino para observar de cerca a June-. Veo que has hecho un buen trabajo. LuxFero estará complacido, ayudas a que su plan funcione.
-Espero que me invite cuando decida invadir a esa tribu, me hace falta un poco de acción.
-Intentaré persuadirle para que lo haga -contestó Akemi.
Los dos se miraron fijamente por unos segundos, parecía que se decían todo sólo con la mirada, fue un momento que para ellos duró más que unos pocos segundos.
-Que lamentable... demasiado joven.
Volvió a mirar a June por unos segundos, pero esta vez con desprecio, y luego se giró para marcharse. Alberich sonrió y meneo la cabeza.
-Estaré cerca, podrías necesitar mi ayuda... -dijo Akemi antes de desaparecer entre la oscuridad.
El sol brillaba en lo alto del cielo; los seis muchachos continuaban con su viaje. Sin descanso alguno habían cabalgado durante toda la noche, ahora se encontraban saliendo de la capital de Terraconce, pronto estarían en Jumú.
-Es probable que al caer la noche ya estemos en ese lugar -dijo Kosme.
-Llegaremos mucho antes de lo esperado, le daremos una buena sorpresa a ese sujeto -agregó Kai-Wén.
Las dos muchachas que eran parte del grupo alcanzaron a Nerik de pronto, este las observó un poco extrañado, pues le miraban con seriedad.
-Sabemos que es lo que piensas de esto, quiero decir, de nosotros -dijo de repente Malena.
-¿Qué? -preguntó Nerik desconcertado.
-Yo he sido rival de June desde que somos pequeñas, tú lo sabes bien, pero eso no significa que desee que muera. Por eso estoy aquí, por eso estamos aquí, mi hermana y yo.
Nerik miró a la otra muchacha, la que asintió en cuanto Nerik posó su mirada en ella. Su nombre era Camela, hermana gemela de Malena; una muchacha muy fuerte y audaz, no le gustaba llamar mucho la atención, debido a eso no era muy conocida entre los jóvenes de la tribu. Nerik sólo la había visto una par de veces.
-Yo tampoco soy amiga de June, ni siquiera le he dirigido la palabra alguna vez, pero ella es una miembro de nuestra tribu. Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudar en esta misión tan importante. Nosotros los Kaji, debemos ayudarnos unos a otros, las rivalidades no importan en momentos como estos. Es necesario que confíes en este equipo Nerik, sólo así lograremos nuestro objetivo.
Nerik sonrió, le encontraba toda la razón. Miró hacia atrás y vio a Kai-Wén diciendo algo a Bohutt. Al igual que con Isei, ya no sentía aquel odio tan grande hacia él por la muerte de su viejo amigo Sigfried. Tal vez era momento de terminar con aquel rencor, además Kai-wén se había comportado hasta ese momento con una total madurez que era extraña en él.
-En cuanto alcancemos la ciudad en ruinas, buscaremos a June en cada rincón y si alguno de nosotros encuentra al secuestrado no intente enfrentarse a él sólo... lo haremos todos, como un equipo. Así nos cuidaremos los unos a los otros -les dijo Nerik y todos asintieron con total firmeza, pues ya no había vuelta atrás.
domingo, 21 de octubre de 2007
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