-Está muy herido... -informó Aixa a Isao mientras colocaba una de sus manos sobre la frente de Isei.
-Un Anxelin lo hizo... -agregó Eizan- yo también fui atacado con el mismo tipo de técnica hace muchos años, Isao.
Los dos se quedaron observando a Eizan unos momentos, luego apartaron su vista hacia el pecho de Isei, el cual se encontraba cubierto de vendas. En ese momento la puerta se abrió de golpe y entró Nerik seguido de Kosme y Kyosho.
-Iré en búsqueda de ese sujeto... -dijo Nerik.
-No irás... -refutó Eizan inmediatamente- Isei casi ha muerto al enfrentarse a ese individuo, quién sabe lo que puede pasar contigo.
-Pero June está con él, no puedo dejar que se la lleve; ¡el maldito la raptó! -dijo Nerik subiendo el tono de voz.
-No nos quedaremos con las manos cruzadas... -agregó de pronto Kosme.
-¿Tú también? -preguntó Aixa.
Kosme asintió con firmeza, pues no dejaría que otro de sus amigos muriera. No sucedería lo mismo que con Dazke.
Kyosho se adelantó a los dos jóvenes y les miró de frente sin apartar la vista.
-Si eso es lo que quieren, irán -dijo con voz firme y con la expresión seria en el rostro que le caracterizaba-. Pero no le seguirán solos, otros les acompañarán.
Eizan le observó con curiosidad, no sabía a quienes se refería. Él estaba dispuesto a ir, pero los tres jamás le ganarían a un Anxelin tan poderoso como el que se había llevado a June y era evidente que Isao se quedaría cuidando de Isei.
-Vengan conmigo -ordenó Kyosho y salieron de la habitación al instante.
Caminaron por los pasillos iluminados con antorchas hasta que llegaron a la gran sala donde se celebraban las reuniones especiales que involucraban a todos los miembros de la tribu Kaji. Antes de abrir la puerta Sensei Kyosho se detuvo, les miró con detenimiento y dijo:
-No puedo enviar un ejército con ustedes, pues no contamos con uno, además necesitamos toda la seguridad aquí, ya que cualquier día podríamos ser atacados por las fuerzas del rey Kerbasi. Pero otros están dispuestos a ayudarles.
Nerik y Kosme se miraron por unos segundos y luego volvieron a mirar a Kyosho, quien empujaba la puerta para abrirla. El destello de la luz del sol les cegó por unos momentos.
-Ellos serán quienes los acompañen -dijo Kyosho señalando a un grupo de personas, al que no podían distinguir bien debido a la temporal ceguera.
Después de unos momentos pudieron mirar sin problemas. Kai-Wén, Malena y una muchacha idéntica a ella junto a otro chico casi de la misma contextura de Dazke, cabello castaño, de ojos verdes y tez pálida, les esperaban impacientemente.
-¿Ellos? -preguntó Nerik.
-Exacto, ellos irán con ustedes -respondió Kyosho-. No son conocidos como domadores de fuego aun, pero son los más fuertes; se acercan mucho a uno. Si no van todos juntos, nadie irá.
Nerik les miró con desconfianza unos momentos y luego bajó la mirada y asintió.
-Ahora escuchen -ordenó Kyosho dirigiéndose a todos-. El secuestrador de June es un Anxelin, y estos son muy poderosos, pueden realizar técnicas que ustedes jamás imaginaran que existen. Deben tener mucho cuidado; recuerden que el objetivo es rescatar a June y no destruir al individuo que está con ella. Deberán seguir la ruta del sur, ellos ya deben están cerca de Terraconce, pues ha pasado un día desde que se la llevó. Tienen que impedir que lleguen al mar, pues desde ese momento no les podrán alcanzar.
-Sensei -dijo de repente Kai-Wén-, si los seguimos en Tora no los alcanzaremos nunca, nos llevan mucho de ventaja.
-No lo creo -respondió Kyosho-. Deberán descansar algunos días en algún cercano a las costas del sur, sus energías deben estar completas antes de que continúen con el viaje, de otro modo jamás llegaran a su destino. La parada tal vez sea de una semana; tienen tiempo suficiente para encontrarlos. Si cabalgan a toda velocidad, llegaran en dos días a las costas de Terraconce en el sur. Tendrán cuatro días para encontrarles.
-Entonces nos vamos en este instante... -dijo Nerik dirigiéndose a la puerta.
-Vayan a preparar sus cosas, los esperan en la entrada del templo. Pero tú te quedas unos momentos Nerik.
Nerik dejó la puerta abierta y se giró hacia Kyosho, sus compañeros salieron sin decir palabra alguna.
-¿Qué sucede? -le preguntó Nerik caminando hacia él.
-Nerik -dijo Kyosho bajando la mirada, como si se sintiera culpable de algo-. No debería dejar que vayas, pero he notado en ti el compromiso de rescatar a tú amiga. Me he dado cuenta de que es muy importante en tu vida, por eso hice que los otros les acompañaran.
Nerik asintió y sonrió a medias.
-No luches en contra de ese individuo, a menos de que sea estrictamente necesario. Ustedes son un equipo de rescate, no de combate. Si por alguna razón el plan falla no le sigan, dejen que se marche. Si llegas a colocar un pie sobre la tierra blanca estarás en grave peligro y nadie podrá ayudarte...
-June es un señuelo -interrumpió Nerik con sorpresa-. Ellos quieren que vaya a ese lugar.
Kyosho escondió la mirada y asintió.
-Si la pelea es imposible de evitar, entonces utiliza todo lo que has aprendido hasta ahora, que no es demasiado, pero te puede llegar a salvar la vida. Desearía que hubieses estado más preparado, aunque si tu verdadera naturaleza se manifiesta, ningún Anxelin se las podrá ver contigo. Pero no te confíes de eso, aun no controlas tu poder.
Nerik asintió e hizo una reverencia. Kyosho sonrió y le imitó. Luego salieron de la sala hasta el patio delantero del templo, en donde los esperaban algunos miembros de la tribu, incluida Garaadria, con los animales. Kosme y los otros ya estaban preparados para marcharse, todos llevaban puestas capas color escarlata, con un triángulo negro bordado en ellas.
-Ten cuidado, Nerik -dijo Kyosho-. No olvides el entrenamiento.
Nerik asintió y montó a uno de los animales. Eizan, Isao y Aixa les observaban desde la puerta del templo, los tres sonrieron y levantaron sus manos haciendo señas de despedida. Momentos después los seis jóvenes partieron velozmente y se perdieron en el bosque. El lugar quedó silencioso, como si todo hubiese muerto en cuanto se marcharon. Kyosho entró en el templo seguido por otros miembros de la tribu, Garaadria le siguió de cerca.
viernes, 19 de octubre de 2007
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